Hasta el momento se ha detenido a las dos personas que se encargaban del cuidado y cultivo de la marihuana
Trataron de camuflar la plantación en una vaguada que desembocaba en el río Segura, donde tenían varios vivac para vigilar y pernoctar
La Guardia Civil de la Región de Murcia y la Policía Local de Calasparra han desarrollado la operación 'Monigotes', una investigación dirigida a perseguir la producción ilícita de drogas, que se ha saldado con la desarticulación de una gran plantación de cannabis sembrada en una zona montañosa próxima al cañón de Almadenes, término municipal de Calasparra.
En la operación, hasta el momento, se ha incautado alrededor de 3.000 plantas que componían la plantación en el momento de la fase de explotación de la operación y se ha detenido a las dos personas que se encargaban del cuidado y cultivo del cannabis, como presuntos autores de delito contra la salud pública, por cultivo o elaboración de drogas.
Las actuaciones se iniciaron el pasado mes de junio, cuando tuvo conocimiento de una posible plantación dedicada al cultivo a gran escala de marihuana en el municipio calasparreño, por lo que efectivos de Prevención de Seguridad Ciudadana de la Benemérita se coordinaron con la Policía Local de Calasparra para abrir la investigación con el objetivo de verificar los hechos y, en su caso, esclarecerlos.
Los primeros pasos de la operación permitieron a los investigadores constatar que en una zona de sierra del municipio, concretamente en un paraje próximo al cañón de Almadenes, se hallaba el cultivo ilícito de marihuana, por lo que se continúo con la investigación para identificar a todas las personas que se encontraban tras la actividad ilícita detectada y frustrar la posible comercialización de la droga.
Durante el complejo dispositivo de vigilancia, debido a la zona donde se realizó, los agentes identificaron a dos individuos que, al parecer, se encargaban de realizar las labores de cultivo de la plantación, los cuales se asentaban en tiendas de campaña en las proximidades del cultivo y actuaban como vigías sobre la plantación, llegando a crear senderos de escape y diferentes puntos de vigilancia perfectamente camuflados.
Una vez obtenidos todos los indicios necesarios, durante los últimos días, se ha desarrollado la fase de explotación de la operación, compuesta por efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Local de Calasparra, que han contado con el apoyo de Protección Civil de la localidad.
Debido a la orografía del terreno y a la abrupta zona montañosa donde se ubicaba la plantación, el dispositivo se tuvo que diseñar con meticulosidad para evitar ser detectados.
Los agentes tuvieron que recorrer varios kilómetros a pie campo a través y por senderos en el dispositivo de búsqueda de los sospechosos que se encargaban del cultivo de la marihuana, que finalmente fueron localizados mientras dormían en la zona próxima a la plantación y resultaron detenidos como presuntos autores de delito contra la salud pública, por cultivo o elaboración de drogas.
El dispositivo culminó con la desarticulación de una plantación de marihuana de grandes dimensiones, sembrada en una zona montañosa de muy difícil acceso, que albergaba alrededor de 3.000 plantas de cannabis, las cuales, junto con todos los elementos empleados para su cultivo ilícito, han sido incautadas y puestas a disposición judicial.
Los efectivos de Protección Civil de Calasparra apoyaron a los investigadores para el traslado a través del río tanto de los detenidos como de las sustancias intervenidas, pues lo escarpado y abrupto del lugar hacía imposible su extracción por vía terrestre.
Compleja ubicación de la plantación
Para llevar a cabo la actividad ilícita ahora esclarecida, los ahora detenidos, presuntamente, realizaron un minucioso estudio de la zona para determinar el mejor lugar posible donde ubicar la plantación clandestina con la finalidad de tener todos los recursos necesarios a su alcance y evitar ser detectados, de ahí que se eligiera una zona tan abrupta y próxima al río Segura para obtener agua de riego.
Una vez designado el lugar idóneo se llevó a cabo una ardua labor de acondicionamiento del terreno tanto para sembrar la plantación de la marihuana como para realizar vigilancia de la misma.
Para materializar el cultivo del cannabis fabricaron de forma artesanal en la montaña varias balsas de agua, perfectamente camufladas con cañas y matorral de la zona, que llenaban de agua con una red de más de 300 metros de mangueras conectadas entre sí al río Segura del que extraían el agua con moto-bombas. Las balsas se utilizaban para almacenar agua a una altura superior a la de la zona de cultivo y así efectuar el riego de la plantación.
En cuanto a las labores de vigilancia y seguridad, los investigadores localizaron diferentes campamentos temporales o vivac, perfectamente mimetizados, desde los cuales los ahora arrestados hacían de vigías y a su vez pernoctaban. El mayor campamento se encontraba situado en la orilla del río, donde desarrollaban su vida. Es a través de este punto y por vía acuática como realizaban el transporte de utensilios, enseres y víveres.
Los detenidos, la droga aprehendida, los efectos incautados y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Caravaca de la Cruz (Murcia).